Urbanista de corazón, madre orgullosa y feliz esposa
Urbanista (USB), Diseñador Urbano, especialista en Desarrollo Local, Planificación estratégica e Instrumentos de gestión del suelo. Colaborador-conferencista del Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU), Unión Iberoamericana de Municipalitas (UIM), Instituto Lincoln de Políticas del Suelo (LILP), Agencia Internacional de Desarrollo (INTA), Metrópolis y Alianza SmartLatam. Docente del Instituto de Urbanismo FAU-UCV, CIDEU y UIM. Presidente del Instituto de Urbanismo de la Alcaldía Metropolitana (2008-2017) y desde 2019 Presidente de la Fundación Fondo Andrés Bello.
El urbanismo se refleja en el orden y organización de las edificaciones y los distintos espacios de la ciudad, con base a un marco normativo preestablecido. Decidió formarse como urbanista, porque ama la ciudad y sus formas, las diferentes escalas le aproximaron al diseño urbano, mientras que la construcción heredada de su padre, le acercó al detalle de la edificación. Como opción paralela le hubiera gustado formarse en leyes y así, poder defenderse ante la ingobernabilidad de la ciudad, y/o médico, para poder ayudar a sanar las heridas del territorio.
Su formación se la debe a arquitectos-urbanistas, comenzando por Alberto Morales Tucker, fundador de la carrera y continuando por dos mujeres excepcionales con quienes trabajó por muchos años, Carmelita de Brandt y Martha Vallmitjana, tanto en la Oficina Metropolitana de Planeamiento Urbano (OMPU), como en el Instituto de Urbanismo de la FAU-UCV. «Me identifico mucho con Richard Buckmister quien decía: La mejor manera de predecir el futuro es diseñarlo.
Apasionada por su trabajo le gusta vivir la ciudad en todas sus formas, entender y poner en práctica los distintos modelos de gestión; su principal objetivo es elaborar planes reales, factibles y confiables; es estratega por vocación, gestor de ciudad y planificador urbano. Sus valores imprescindibles son la ética, la constancia y la resiliencia, y gracias a ellos, ha logrado posicionarse como profesional de lo urbano en el ámbito local, regional y nacional. Hace 10 años fue presidente del Instituto metropolitano de Urbanismo Taller Caracas (IMUTC). “Pensar Caracas ha sido mi proyecto de vida y entregar en 2012 los primeros avances del Plan Estratégico Caracas Metropolitana 20201 a la ciudadanía, junto a un portafolio de proyectos viables y necesarios, me llena de orgullo y satisfacción, pero también de tristeza, ya que no ha sido posible hacerlos realidad”. Entre los principales proyectos que gestionó se encuentra la propuesta para transformar el antiguo Aeropuerto de Carlota en Parque Metropolitano2, el Plan Especial de Diseño Urbano para La Guairita y el Centro Simón Díaz, ubicado en Petare.


Actualmente trabaja administrando los activos inmobiliarios de la UCV, «mi pasión actual es el gran Proyecto Urbano de Zona Rental Plaza Venezuela3, que me toca gestionar desde la Fundación Fondo Andrés Bello de la UCV. Un proyecto histórico y aún vigente por su muy especial ubicación dentro de la ciudad capital y el impacto sobre la renovación urbana del sector».



En cuanto a la perspectiva de género en mi profesión, desde que inició la carrera de Urbanismo en Venezuela, hace más de medio siglo, la mujer siempre ha sido protagonista como docente, planificador y gestor público. En mi caso, nunca he tenido problemas por discriminación «como urbanista he logrado escalar en cargos directivos relevantes en el ámbito público y privado”. No cree que exista una manera distinta de hacer arquitectura entre hombres y mujeres. “No creo que el sexo defina al profesional, no he visto diferencia alguna en su desempeño, creo más en la pasión y la ética, como factores determinantes”.
Ahora bien, el nuevo milenio con su crisis actual, ha elevado los niveles de exigencia y competitividad. «Creo firmemente que mientras exista la creatividad y el emprendimiento serio, con altos niveles de capacitación el rendimiento se ajustará a la problemática y la profesión se transformará y se adaptará al entorno”. Aun cuando las diferentes escalas se funden y cada vez es más difícil visualizar límites entre arquitectos, diseñadores urbanos y urbanistas, cada uno debe hacer énfasis en el tol para el cual fueron formados.
Finalmente, su consejo a los futuros arquitectos y urbanistas es: “abundante capacitación y especialización, reconocimiento de los límites de formación personal a los fines de procurar el apoyo necesario de otras profesiones complementarias, como única forma de ser más asertivo y prevenir errores. Recordemos siempre lo que dicen los abogados: la ignorancia de la norma no justifica su incumplimiento. Vivamos la ciudad a escala humana, pensando global y actuando local».
Publicación: Revista Entre Rayas – Edición 140